Llegué a KULLI en 2015 en un momento difícil en mi vida, sin conocer a nadie y sin saber que me iba a encontrar, y a día de hoy, y después de haber repetido mi experiencia por ONGD KULLI este verano, puedo decir a boca llena, que fue la mejor y más maravillosa decisión que he tomado en mi vida. Todo el cariño y amor que tu puedas dar, esos niños, los compañeros voluntarios, los responsables de KULLI y ese país tan maravilloso como es Perú, te lo devuelven multiplicado por mil, y eso solo lo puedes experimentar si lo vives en primera persona.
KULLI es una ONGD pequeñita, pero muy grande en bondad y solidaridad. Animo a todas las personas que estén planteándose vivir una experiencia de voluntariado, que se unan a este pequeña-gran familia que es KULLI.
Como dijo el principito «Sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos»
AGOSTO 2016.
Judith. 35 años. Sevilla
