Llegué a Perú en Junio 2017 sin tener ni idea de que me iba a encontrar pero con muchas ganas e ilusión, al poco tiempo de llegar pude comprobar que KULLI es sinónimo de Transparencia, Bondad, Solidaridad, Compromiso y Perseverancia.
En un mes aprendí que hay personas que sin tener mucho, lo dan todo; que se esfuerzan y luchan cada día por mejorar la vida de las personas y lo mejor de todo, lo consiguen.
Mi aventura terminó, muy a mi pesar, a finales de julio. Y ahí estaba yo de nuevo, en un avión cruzando el atlántico volviendo a casa con la sensación de que, en realidad, me estaba yendo de ella.
Gracias a KULLI por darme una lección, no de voluntariado, que también, sino de vida.
Elena, 18 años, Salamanca
